Las enfermedades cardiovasculares están a la orden del día y se relacionan claramente con una serie de factores de riesgo bien conocidos. Estos factores de riesgo son el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, la hipertensión arterial, el colesterol y la diabetes. Es muy importante cuidarnos y mantener un estilo de vida saludable, cuidando la alimentación que debe ser baja en sal y en grasas saturadas, realizando ejercicio físico de forma regular, huyendo del sedentarimo, no fumar ni consumir bebidas alcohólicas y en los casos de padecer hipertensión, dislipemia (colesterol elevado) o diabetes mantener un control muy estricto y riguroso de estas patologías. Es muy importante acudir al especialista para mantener el control de estos factores de riesgo y realizar los ajustes de tratamiento necesarios. Con estas actuaciones conseguimos cuidar nuestra salud cardiovascular y eso se traduce en una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como son el infarto agudo de miocardio, el ictus o infarto cerebral y la enfermedad arterial períferica. Mejorando nuestra salud cardiovascular conseguimos mejorar nuestra calidad de vida.