El Dr. Joaquín Sánchez-Prieta nos explica el uso y los tipos.
El desfibrilador es un aparato electrónico que intenta restablecer el ritmo cardiaco normal mediante la administración a través de la pared torácica de una descarga eléctrica.
Una arritmia cardiaca puede ser causa o consecuencia de una parada cardiorrespiratoria (PCR), por lo que, durante una PCR, uno de los primeros pasos a realizar es evaluar el estado del ritmo cardíaco del paciente e intentar estabilizarlo, o bien, recuperar los latidos del corazón en caso de que se hayan detenido. Esta importante tarea es desarrollada por este equipo electrónico.
Existen varios tipos de desfibriladores con diferencias entre ellos.
Dependiendo de si la evaluación del ritmo cardiaco y la aplicación de la terapia apropiada la realiza el aparato o la persona responsable, los desfibriladores se pueden dividir en desfibriladores externos automáticos (DEA), los externos semiautomáticos (DESA), y los manuales.
Los DEA son equipos inteligentes con una tecnología avanzada que les permite actuar prácticamente sin la intervención de un ser humano. Son capaces de reconocer a los pacientes con taquicardia ventricular sin pulso o con fibrilación ventricular y proporcionarles la terapia que intente restablecer el rimo cardiaco normal. Para usarlos solo deberíamos encenderlo y conectarlo
Los DESA son equipos similares, que facilitan el proceso de reanimación o estabilización del ritmo cardiaco. Normalmente cuentan con una voz precargada que facilita su uso. La diferencia principal con los DEA es que estos aparatos necesitan que un ser humano sea el que presione un botón del dispositivo para realizar la descarga para intentar restablecer el ritmo cardiaco normal.
Estos dos dispositivos pueden ser utilizados por personas sin mucha formación médica, ya que únicamente habría que conectar el aparato y seguir las órdenes que nos da la voz pregrabada.
En cuanto a los desfibriladores manuales son equipos más complejos, que se utilizan por personas con formación sanitaria como médicos y enfermeros., normalmente en ambiente hospitalario. Con estos aparatos es el ser humano el que tiene que diagnosticar la arritmia y el que elige la terapia apropiada para intentar restablecer el rimo cardiaco normal.