Los stents coronarios son pequeños dispositivos metálicos (cromo-cobalto, platino) que tienen forma de malla cilíndrica y van montados sobre un balón. Se emplean para desobstruir las arterias que llevan la sangre al corazón, las arterias coronarias. La ateroesclerosis coronaria es la afección de estas arterias, que acaban estrechandose o cerrandose, sufriendo el corazón los efectos de la falta de irrigación sanguínea. El tratamiento para restablecer el flujo de las arterias coronarias obstruidas puede ser quirúrgico, mediante bypass coronario o percutáneo, mediante implante de stents (angioplastia).

Existen diferentes tipos de Stent, y se suelen clasificar en tres categorias: convencionales, bioabsorbiles y famacoactivos.

Los stents convencionales son normalmente de acero o cromo-cobalto. Son los más simples y normalmente necesitan menos tiempo de antiagregación. Los stents bioabsorbibles tienen una estructura que se reabsorbe en la pared arterial. Se usan en casos muy determinados y últimamente su utilización está decayendo.

Los stents farmacoactivos son los más modernos, tienen el mismo soporte estructural que los stents convencionales y están recubiertos de fármacos antiproliferativos que se liberan lentamente en la pared arterial. Tienen menos tasa de reestenosis y son los más usados actualmente.

Los Stents se implantan en el Laboratorio de Hemodinámica, con un equipo de radiología y medidas de asepsia importantes. Tras la punción de una arteria (normalmente en el brazo), se colocan unos catéteres que llegan hasta el corazón y se introducen en el origen de las arterias coronarias. A través del catéter se inyecta una pequeña cantidad de contraste y simultáneamente se grava con el equipo radiológico el paso del contraste por la arteria coronaria (coronariografía). De este modo podemos detectar y localizar la existencia de una o más lesiones coronarias. Si las lesiones existentes se consideran adecuadas, se realiza la intervención para desobstruir la arteria, proceso que se denomina Intervención Coronaria Percutánea, más conocida como Angioplastia Coronaria, implantado el stent, que se libera al inflar el balón en el que va montado, así la obstrucción en la arteria se corrige, dilatando la arteria para restablecer el flujo normal.

La angioplastia coronaria para implante de stents está indicada en casos de ateroesclerosis coronaria en los que el flujo sanguíneo al corazón es deficiente por disminución de calibre de las arterias coronarias. Este proceso suele ser progresivo por acumulo de colesterol en las mismas, generalmente ligado al envejecimiento y a los factores de riesgo cardiovascular (diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, tabaquismo, insuficiencia renal). En los casos de ateroesclerosis coronaria grave, los pacientes pueden tener angina de pecho (en el caso en el que la obstrucción coronaria es parcial) que se suele instaurar de forma progresiva, o infarto de miocardio (en los casos en los que la obstrucción sea completa), que suele desencadenarse de forma brusca.

Tras la angioplastia coronaria para revascularización coronaria, los síntomas de angina de pecho como pueden ser el dolor torácico o la fatiga suelen desaparecer, por lo que la calidad de vida de los pacientes mejora espectacularmente.