Aunque el trabajo puede reportar importantes ventajas para la salud, recientemente se han presentado los datos de un estudio realizado en una población francesa en el que se ha observado que las personas que trabajan horas extras durante años tienen un mayor riesgo de presentar un accidente cerebrovascular o ictus, especialmente si son jóvenes.
Los autores han analizado una población de cerca de 150.000 personas, incluidos en el estudio CONSTANCES, que ha sido seguida desde 2012 hasta la actualidad. Mediante cuestionarios obtuvieron información sobre la edad (18-69), el sexo, el hábito de fumar y las horas de trabajo, además de la presencia de factores de riesgo cardiovascular y accidentes cerebrovasculares previos que se registraron en entrevistas médicas separadas. Al final del seguimiento se habían detectado 1224 episodios de ictus.
El 29% de la población realizaba “muchas” horas extraordinarias, entendidas como trabajar más de 10 horas al día durante al menos 50 días al año, y el 10% reconocía haberlas realizado durante 10 años o más. Los participantes que trabajaban muchas horas extras tenían un riesgo un 29% mayor de presentar un accidente cerebrovascular, y aquellos que habían trabajado muchas horas extraordinarias durante 10 años o más tenían un riesgo 45% mayor de presentar un accidente cerebrovascular durante el periodo de seguimiento, riesgo que era aún mayor en los menores de 50 años. No se observaron diferencias entre sexos, aunque sí parece que los trabajadores de oficina tienen un riesgo mayor que los que realizan trabajo manual. Aunque no se estudiaron las posibles causas de este incremento de ictus, los datos son llamativos.
Pero estos efectos adversos pueden evitarse adoptando un estilo de vida saludable. Comer una dieta saludable, realizar ejercicio físico, no fumar y controlar el resto de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, obesidad, etc.) pueden aminorar el riesgo de trabajar en exceso.