A pesar de las numerosas ventajas del ejercicio físico, una gran proporción de la población mundial tiene hábitos sedentarios. En España, el sedentarismo es un 14% más frecuente que en Europa (44% en España y 30% en Europa). Según el INE, el 42% de la población española (35,9% de los hombres y 46,6% de las mujeres) es sedentaria. Castilla-La Mancha está por encima de la media nacional en sedentarismo, dado que el 44,9% de la población (39,1% de los hombres y 50,8% de las mujeres) es sedentaria, lo que confirma la Encuesta Nacional de Salud, que sitúa a Castilla-La Mancha como la tercera comunidad autónoma con más sedentarismo. El sedentarismo es un mal hábito que comienza desde la más tierna infancia, pues, según la Encuesta Nacional de Salud, solo el 43% de los niños y el 54% de las niñas de 1-2 años está menos de una hora delante de una pantalla, cifras que a los 2-4 años de edad pasan a ser del 38 y 40%, respectivamente. El problema es mundial, pues en Estados Unidos el 80% de los pacientes adultos realizan menos actividad física de la recomendada.
La realización de una actividad física de forma regular es esencial para mejorar la salud de todas las personas. Moverse más y estar menos tiempo sentados tiene enormes beneficios para todos, independientemente de edad, sexo o nivel de condición física. Las personas con enfermedad crónica o discapacidad también se benefician del ejercicio. Cada vez existen mayores pruebas científicas de las ventajas del ejercicio sobre la salud y del hecho de que estos beneficios existan incluso con pequeñas cantidades de actividad física. Enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, osteoporosis, cáncer, elevación de lípidos en la sangre, ansiedad, depresión, deterioro cognitivo y fragilidad son solo algunas de las que pueden mejorar con el ejercicio físico.
Por todo ello, la Asociación Americana del Corazón ha publicado recientemente unas recomendaciones sobre la práctica de ejercicio físico en todas las edades. Las principales recomendaciones para los adultos son: moverse más y estar sentado menos tiempo a lo largo del día, dado que cualquier actividad física, por poca que sea, es mejor que ninguna. Para obtener mayores beneficios para la salud se recomienda realizar al menos de 150 a 300 minutos (2,5-5 horas) semanales de actividad física aeróbica —actividad que haga que su corazón lata más rápido, como correr, saltar la cuerda, bailar, nadar, etc.— de intensidad moderada, o de 75 a 150 minutos (de 1 hora y 15 minutos a 2 horas y 30 minutos) semanales de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa. Pueden obtenerse beneficios adicionales al incrementar el tiempo de ejercicio realizado.
Se obtiene un beneficio adicional al realizar actividades de fortalecimiento muscular —aquellas en las que los músculos realizan una actividad más intensa de la habitual, como levantar peso, tirar de la cuerda, etc.— de intensidad al menos moderada, que involucren a los grupos musculares principales, durante al menos 2 días a la semana.
Las guías americanas también recomiendan actividad física para los niños y adolescentes. Los preescolares (3-5 años) deben realizar unas 3 horas diarias de actividad física de distinta intensidad. En los escolares (6-17 años) se recomienda realizar al menos 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada-vigorosa, que sea una combinación de actividad aeróbica y de ejercicios que fortalezcan los músculos y los huesos —aquellos que conllevan impacto de los huesos con el suelo, lo que los fortalece y favorece su crecimiento, tales como saltar, baloncesto, rayuela, etc.—, cada una de ellos realizado al menos tres días a la semana.
Por último, las guías recomienda iniciar la actividad física de forma progresiva, elegir una actividad que se adapte a nuestra forma física, utilizar equipamiento adecuado a cada actividad y consultar con el médico si existe alguna patología previa o surge algún problema.