El coronavirus que produce la enfermedad denominada COVID-19 es un virus que se transmite por vía aérea y afecta fundamentalmente a las vías respiratorias, donde produce neumonías bilaterales y, en algunos casos, una grave afectación pulmonar. La afectación de los pacientes es muy variable, desde un número importante de cursa sin molestias (o muy leves), a otros que tienen afectación pulmonar moderada y una minoría (alrededor del 5%) que sí presentan cuadros graves.

Con respecto a la afectación cardiaca, conviene recordar que cualquier infección, como la del COVID-19, produce una sobrecarga del corazón. Obviamente, si el paciente tiene una enfermedad cardiaca previa es probable que se inestabilice y tengan problemas, como insuficiencia cardiaca. La acumulación de líquido en los pulmones que puede producirse en la insuficiencia cardiaca puede sumarse al daño producido por el virus en las vías respiratorias y el pulmón, lo que lógicamente empeora el pronóstico. 

Como ocurre con otros virus, además de esta sobrecarga del corazón, el coronavirus responsable de la COVID-19 pude atacar directamente al corazón, donde produce un daño del músculo por la infección y la inflamación que la acopaña, lo que da lugar a una miocarditis. Si esta afectación es importante y no se trata rápidamente, puede ser muy grave.

¿Tienen más posibilidades de infectarse las personas con enfermedades cardiovasculares?

No parece que tengan más riesgo. E riesgo de contraer la enfermedad en pacientes cardiovasculares, como en el resto, depende de estar expuesto a un sujeto infectado. Aunque no se puede excluir con certeza, no hay datos que indiquen que las personas con problemas del corazón tengan más riesgo de infectarse. Lo que sí está claro es que, de infectarse,  pueden tener peor pronóstico, especialmente si son pacientes de edad avanzada. Algunas de las personas de edad suelen ser más débiles, con peores defensas y patologías asociadas, lo que hace que sean más susceptibles a esta infección.

Recomendaciones para los enfermos cardiovasculares con respecto a la COVID-19

Lo más importante es evitar el contagio, siguiendo las recomendaciones generales dadas por las autoridades sanitarias.

Lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, que son las puertas de entrada. El virus puede permanecer en distintas superficies (mesas, teléfonos, etc.) durante horas.

Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo desechable.

Evitar las salidas del domicilio y limitar la actividad social. 

Yo les recomendaría utilizar mascarilla si la tienen disponible cuando salgan a la calle o estén presencia de otra persona que haya podido tener contacto con el virus. Muchos de los que transmiten la enfermedad no tienen molestias cuando lo hacen.

Cuidado con el contacto con los niños, pues ellos no padecen la enfermedad habitualmente, o lo hacen de forma leve, pero sí la transmiten.

Ante cualquier síntoma (fiebre, tos y dificultad para respirar), quedarse en casa y contactar telefónicamente con los servicios de salud. Si nota dificultad para respirar, llame al 112.

Tomar correctamente su tratamiento para estar con la cardiopatía. Se ha sugerido que algunos fármacos para la hipertensión arterial y la insuficiencia cardiaca (inhibidores de la ECA como enalapril, ramipril, etc., o antagonistas del receptor de angiotensina, como losartan, candesartan, valsartan, etc.) podrían ser perjudiciales. No obstante, esto no se ha confirmado e, incluso, se ha indicado que pueden ser protectores. Por ello, las recomendaciones de distintas sociedades científicas es continuar con el tratamiento.