La patología cardíaca en niños es una entidad poco frecuente. A grandes rasgos, podría dividirse en: cardiopatías congénitas, miocardiopatías, arritmias y enfermedad coronaria.
Las cardiopatías congénitas es una entidad frecuente, que generalmente se diagnostica en el período perinatal, dependiendo de su gravedad, pueden tener un desenlace fatal. Gracias a los avances, muchas cardiopatías pueden ser tratadas.
Las miocardiopatías, suelen tener un componente genético asociado, por lo que o bien, el niño padece un síndrome que se asocia a enfermedades del corazón, o bien, un progenitor la padece y por screening familiar en muchos casos se llega al diagnóstico.
La enfermedad coronaria es excepcional en niños. Hay entidades que pueden relacionarse como la enfermedad de Kawasaki (vasculitis), algunas cardiopatías congénitas complejas, o la presencia de anomalías congénitas de las arterias coronarias.
Aunque como se ha dicho la enfermedad cardiovascular es muy poco frecuente en la infancia, es una de las principales causas de mortalidad en adultos. De ahí que desde la infancia se deban controlar de forma adecuada los factores de riesgo que se han relacionado con la patología cardiovascular. De esta forma ayudaremos a evitar que el niño desarrolle en la edad adulta enfermedades cardiovasculares. Algunos factores de riesgo se transmiten de padres a hijos (es decir, son hereditarios) o son consecuencia de otra enfermedad. En la mayoría de los casos son adquiridos, la mala alimentación que lleva a la obesidad o al sobrepeso, hace que cada vez haya más niños con cifras de presión arterial y colesterol más elevados. Una alimentación sana y variada, basada en verduras, legumbres, carnes y pescados, con el correspondiente aporte de hidratos de carbono, es la mejor dieta que podemos ofrecer a un niño.
En resumen, hay que enseñar al niño hábitos saludables, para evitar que de mayores se conviertan en pacientes cardiópatas.