Dra. Paula Sánchez-Aguilera

La obesidad se asocia a factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial, dislipemia y diabetes tipo 2; sin embargo, en los últimos estudios, se ha visto que la obesidad es en sí misma un factor de riesgo cardiovascular que predispone a cardiopatía isquémica por enfermedad de las arterias coronarias (aterosclerosis coronaria). Es esencialmente la obesidad denominada androide o abdominal (obesidad central) la que engloba mayor riesgo debido a su asociación con la resistencia a la insulina, incluso en pacientes no diabéticos. 

Además del riesgo de cardiopatía isquémica en personas jóvenes, la obesidad se ha relacionado con la insuficiencia cardiaca, la apnea obstructiva del sueño, con arritmias como la fibrilación auricular e incluso con ciertos tipos de cáncer.

¿En qué IMC se considera obesidad?

El índice de masa corporal, más conocido como IMC, es una medida que nos permite estimar la presencia de normopeso, sobrepeso y obesidad en base al peso y a la altura en adultos.  Su fórmula es la siguiente: IMC = peso [kg]/ estatura [metros] 2)

<18,5: Indica un peso insuficiente

18,5-24,9: Indica normopeso

25-26,9 : indica sobrepeso grado I

27-29,9: indica sobrepeso grado II (preobesidad)

30-34,9: indica obesidad de tipo I

35-39,9: indica obesidad de tipo II

40-49,9: indica obesidad de tipo III (mórbida)

>50: indica obesidad de tipo IV (extrema)

Sin embargo, siempre hemos de tener en cuenta que el IMC no evalúa la distribución corporal de la grasa y, como ya hemos comentado, podemos encontrar personas con peso normal o sobrepeso leve pero con alto riesgo cardiovascular.  En la consulta podemos evaluar otros datos como el perímetro abdominal o el índice cintura-cadera. 

Síntomas para acudir a su cardiólogo en una persona con obesidad

No es necesario comenzar a tener síntomas para acudir a consulta médica en un paciente con obesidad. El control del sobrepeso incluye tanto el cambio de hábitos alimentarios como el incremento de actividad física y la adopción de costumbres que permitan mantener dicho estilo de vida. Estos cambios deben ser progresivos y en muchos casos, precisan de ayuda de un profesional para evitar recaídas. En pacientes con alto riesgo cardiovascular es aconsejable un seguimiento cardiológico para prevenir el desarrollo de patología cardiovascular. 

Además, si se inician síntomas como palpitaciones, fatiga, cansancio intenso o dolor tipo presión centrotorácica, es necesario realizar una revisión cardiológica de forma precoz.